271. La dimensión política en Freud.

El rechazo de la política en nombre de la clínica psicoanalítica no parece ser para nada un asunto freudiano, y menos aun lacaniano. En Freud se encuentran una serie de textos que se pueden denominar «los escritos políticos de Sigmund Freud», que serían diferentes a los escritos técnicos, pero que hablan de una preocupación permanente en él sobre temas relacionados con la polis, la ciudad y lo social; no es para nada una preocupación moral la de Freud, sino que es su pensar que lo social es aquello en lo cual está sumergida la patología del sujeto. Así por ejemplo, su texto de Psicología de las masas y análisis del yo es un intento por integrar la psicología de las masas en el corazón de la experiencia analítica, en la medida en que Freud hace del par analista-analizante, una masa de dos. También está su texto de El malestar en la cultura, del cual se pueden extraer una serie de ideas que hablan de la incidencia política del psicoanálisis en la civilización.

En Freud la dimensión política siempre fue una inquietud, sobretodo porque la práctica misma del psicoanálisis tiene un carácter revolucionario, así pues, dice François Leguil (1998), el niño que es formado por el psicoanálisis puede después adoptar una posición subjetiva tal que ni es un sujeto opresivo, ni reaccionario; es decir, que el niño formado por el psicoanálisis será tan suficientemente revolucionario como para rechazar el campo de la reacción y de la opresión.

La dimensión política en Freud fue destacada por Lacan cuando dijo que nadie había gritado como él contra el acaparamiento del goce de aquellos que lo acumulaban sobre las espaldas de los demás. Freud rechazó enérgicamente la desigualdad que se presenta entre las personas que están del lado del goce y otras que están del lado de la necesidad. Esta es, pues, una fibra de justicia que se encuentra en Freud y que hace parte de su espíritu revolucionario, el cual ha permanecido desconocido hasta hoy. Freud, por ejemplo, estaba comprometido en un combate, un combate por la liberación sexual y contra la moral sexual. Este punto revela sin duda una posición política y revolucionaria en Freud: él denunció la opresión sexual de la civilización, la represión que la civilización impone a la pulsión sexual; él fue el primero en decir que una liberación sexual era deseable para luchar por la cura del sufrimiento humano. Este combate él lo ganó, por eso hoy se observa en todo el mundo una disminución de la represión sobre la vida sexual.

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