328. ¿Desarrollo de la personalidad?

¿Qué es la personalidad? ¿Qué es la persona? La psicología define a la personalidad como un conjunto de características que definen a un sujeto, y abarca sus pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y conductas que hacen de cada individuo diferente de los demás. La persona se puede pensar, entonces, como la "dueña" de determinada personalidad. La palabra «personalidad» viene del teatro griego antiguo, y significa «máscara». La personalidad es, pues, una especie de máscara que el sujeto se "pone" para desenvolverse en sociedad. Pero esa máscara no solo es una; son varias las máscaras que el sujeto utiliza, unas que son propias y otras que impone la sociedad; por eso el sujeto es "uno" con su familia y "otro" con sus amigos o su mujer. Igualmente hay que tener en cuenta el contexto: el sujeto se comporta de manera diferente en la universidad o el trabajo, que en un  bar o un funeral.

Con respecto al desarrollo de la personalidad, la mayoría de las corrientes psicológicas, junto con el psicoanálisis, piensan que dicho desarrollo comienza desde la más temprana infancia. Freud hizo gran hincapié en la importancia de las experiencias tempranas y lo determinante de los vínculos afectivos del niño con sus cuidadores -lo que él denominó Complejo de Edipo-, a tal punto que él consideraba que ya a los seis años -resuelto el Edipo-, el niño ya tiene constituida su personalidad, y a partir de aquí, no hará más que desenvolverla, incluso, si quiere y puede, enriquecerla. Si bien Freud insinuó un desarrollo jerárquico de la personalidad -por etapas o fases-, Lacan rechaza dicho enfoque jerárquico; él se opone a cualquier meta final del desarrollo de la personalidad, incluso aquellas que tiene por nombre "trascendencia", "iluminación", "conciencia superior", "Uno con el todo". Esto no quiere decir que el desarrollo de la personalidad no continúe en la edad adulta, pero Lacan no se sentía para nada cómodo con la imposición de altos logros o metas a otras personas por parte de la sociedad -que es exactamente lo que ella hace: imponer una serie de ideales o patrones, a los cuales los sujetos se someten para poder "desarrollar" su personalidad: independencia, productividad, sociabilidad, asertividad, etc., etc.-.

Por el contrario, el psicoanálisis apunta a que el sujeto -que no es ni la persona psicológica ni el individuo- llegue a saber cuál es su deseo, qué desea verdaderamente, lo cual puede no coincidir con los ideales que la sociedad contemporánea propone. Quienes mejor nos ilustran sobre el verdadero deseo de un sujeto son los artistas y los científicos, quienes se dedican a desarrollar su arte o sus investigaciones -que es como decir, "desarrollar su personalidad"- a pesar de las imposiciones sociales o culturales. Además, a todo lo anterior sobre la personalidad de un sujeto, habría que sumar lo que el psicoanálisis considera su descubrimiento más importante, y es que los sujetos, muy a su pesar, continúan con su "mal comportamiento", es decir, que hay rasgos de su personalidad que no "encajan" con las demandas sociales ideales, es decir, que a pesar de ser "buenas personas", también son agresivos, o adictos, o perversos en su sexualidad, o mal intencionados, envidiosos, pecadores, glotones, peleadores, imprudentes, chismosos, perfeccionistas, orgullosos, malgeniados, etc. etc. Esta dimensión que también hace parte de la "personalidad" de todo sujeto y que lo lleva "ser" como no quisiera, no es otra que la dimensión pulsional del ser humano: "hay una cosa que se repite en su vida, y siempre es la misma -dice Lacan-, y esa es su verdadera escencia; y esa cosa que se repite, es una cierta manera de gozar".

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