558. El «acting out» y el pasaje al acto

El «acting out» es una puesta en escena dirigida al Otro, ya se trate del analista, una institución, la familia, etc. Es un mensaje que el sujeto no logra simbolizar en palabras y entonces lo actúa. Por ejemplo, cuando  un paciente que, en vez de decir “quiero que me mires”, roba un objeto del consultorio del analista. Esta acción no está destinada a la satisfacción inmediata, sino a ser leída en la medida en que es un mensaje cifrado. En el acting out hay todavía un lazo con el Otro: la acción es un modo de hablarle, de dirigirse a él, aunque sea encriptadamente.

El pasaje al acto es una salida de la escena. Aquí el sujeto no actúa para el Otro, sino que se saca del escenario del Otro. Es un corte, una ruptura radical con la escena simbólica, como, por ejemplo, un intento de suicidio, un abandono súbito del análisis, o una agresión violenta que expulsa al sujeto de la trama en la que estaba. Aquí no hay mensaje; es un acto que no busca ser leído. Es un “me borro de aquí”; es pura salida de la escena simbólica.

Entonces, la gran diferencia entre el acting out y el pasaje al acto es que el primero es un mensaje en acto, aún dirigido al Otro, y el segundo es una ruptura del lazo, una salida por fuera del Otro. Por ejemplo, un adolescente que se emborracha en la fiesta de graduación y se sube a la mesa a cantar, ¿por qué lo hace? No porque “quiera caerse” o “autoexcluirse”, sino porque está lanzando un mensaje a los demás: “mírenme, existo, tengo algo que decir, aunque no lo pueda poner en palabras”. La acción es teatral, hay público, hay destinatario, es un acting out. En un pasaje al acto, el mismo adolescente, después de una bronca familiar fuerte, se va de la casa de un portazo y desaparece por días. Aquí no hay mensaje para ser leído. No busca que alguien lo descifre, simplemente se borra de la escena, se arranca de la trama con los otros.

Así pues, en el acting out el sujeto hace algo para que el Otro lo lea, aunque el Otro no lo entienda. En el pasaje al acto, el sujeto no quiere estar en esa escena, se retira, se borra y ya. Por ejemplo, las constantes apariciones públicas con gestos seductores y provocadores de Marilyn Monroe, no eran solo coquetería; eran actos que buscaban ser leídos por el Otro (la prensa, los hombres poderosos, el público). En cambio, el suicidio de Kurt Cobain no fue un mensaje teatral para que alguien lo interpretara en lo simbólico; fue una salida radical de la escena del Otro, un “me borro de este juego”.

El caso bastante citado en la enseñanza de Lacan es la de un paciente en análisis que se levanta, interrumpe la sesión y se va a comer sesos (literalmente, un plato de sesos). Lacan lo lee como acting out y no como pasaje al acto, ya que no hay salida definitiva de la escena: el paciente no abandona el análisis para siempre, ni corta el lazo. Se va… pero vuelve. Si hubiera sido un pasaje al acto, el sujeto se arranca del campo del Otro (por ejemplo, un suicidio o fuga irreversible). En la comida de sesos hay un mensaje cifrado al analista: comer sesos no es solo “me dio hambre”. Es un gesto cargado de sentido, dirigido al analista y que se puede leer como: “quiero incorporar el saber, quiero comerme el pensamiento, el seso del Otro”. El acto es simbólicamente interpretable, es decir, se ofrece como mensaje. Es teatral, no radical: se trata de una especie de puesta en escena. No rompe con la transferencia; más bien, la dramatiza. El paciente hace algo que, aunque extraño, todavía se inscribe en la lógica del discurso analítico.

La lectura lacaniana del “comer sesos” tiene que ver con que el analista encarna el lugar del saber supuesto. Comer sesos es una manera actuada de decir: “quiero devorar el saber que crees tener sobre mí”. Es un acto dirigido al analista como Otro: “no me lo des en palabras, me lo como yo”. El paciente no logra poner en palabras su demanda (“¿qué me das tú, analista, de tu saber?”), entonces lo escenifica: se levanta y se va a comer sesos. Es un mensaje inconsciente: “necesito incorporar el saber, pero no lo recibo en la palabra, lo actúo”. Es un acting out, porque el paciente dramatiza su relación con el saber y con el analista: se come los sesos como metáfora viva de querer devorar el saber supuesto al Otro.

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