490. El aparato del lenguaje: el significante no es el significado

El real del que habla el psicoanálisis es un real que no es el real de la ciencia; es un real que no se puede escanear ni al que se le puede hacer resonancia magnética; “ese real no aparece en ningún escáner, ese real sólo puede abordarse a través de la palabra y del lenguaje” (Bassols, 2012). Y esto a pesar de que la ciencia esté fascinada con las resonancias magnéticas; todos los días aparece en algún periódico la foto del cerebro con los colores rojo y azul, mostrando dónde queda el sentimiento religioso, o la moral, o la psicopatía; la ciencia está fascinada por esto, creyendo poder localizarlo todo en el cerebro (Bassols).

Ya la ciencia ha logrado “descifrar la actividad eléctrica en una región del sistema auditivo humano llamada circunvolución temporal superior, es algo que está claramente localizado en el cerebro. Al analizar el patrón de actividad de estas áreas fueron capaces de reconstruir las palabras que los sujetos escuchaban en una conversación normal" (Bassols, 2012). En efecto, las palabras dejan huellas en el sistema nervioso y es posible, entonces, reproducir un sonido a partir de los impulsos eléctricos detectados en el cerebro, pero ¿qué es lo que se pudo reproducir? “Se pudo reproducir un significante, lo que llamamos significante como materia, soportada en una materia fónica que incluso se podría traducir en impulsos eléctricos, ¡¿por qué no?!” (Bassols). Pero estas cosas ya se ven funcionar cuando se transmiten a través de impulsos eléctricos los significantes que todos pueden escuchar a través de los altavoces o audífonos; en efecto, hay un soporte físico mediante las ondas fónicas o electromagnéticas que llegan al oído del oyente. “Hay un soporte físico que está funcionando y lo que transmite es eso, significantes, pero no significados; transmite significantes, transmite soportes materiales que pueden estar localizados donde ustedes quieran” (Bassols), ¡pero no significados! Esto es lo que hace a Google bruto; él solo busca significantes y no significados; es al sujeto al que le toca ponerse en la tarea de dar un sentido a su búsqueda.

Entonces, ¿dónde está el lenguaje? ¿En el cerebro? “No hay que buscarlo necesariamente en el cerebro, por supuesto que también hay aparato del lenguaje en el cerebro. Pero Freud se dio cuenta muy pronto del sprache apparat, del aparato del lenguaje” (Bassols, 2012), como algo separado del cerebro. Esto quiere decir que el lenguaje, el cual está hecho de significantes, está ¡por todos lados!, ¡en todas partes! Es más, “el lenguaje es el lugar, el lenguaje mismo es el que hace posible que estemos en un lugar y no sólo que vivamos como un cuerpo sin lugar” (Bassols). Ese lugar es el que Lacan llamó el lugar de lo simbólico, el Otro escrito así con mayúscula; si “el Otro de la palabra existe es porque el significante introduce esa dimensión del Otro del lenguaje como lugar; eso quiere decir que el lugar no hay que buscarlo necesariamente en el cerebro” (Bassols). Se tiene la idea de que los significantes tienen que estar alojados en el cerebro, como si no pudieran estar en Otro lugar, ¡y lo están!; el lenguaje, esa Otra escena freudiana y que Lacan traduce como «el inconsciente está estructurado como un lenguaje», es el que hace posible todo lo humano; es lo que vivifica el cuerpo y determina le existencia del sujeto; sin lenguaje el sujeto sería una especie de planta con pies y manos, un organismo sin historia y sin afectos. El lenguaje es el medio natural del sujeto; sin lenguaje, no hay sujeto. Esto significa que el lenguaje es en sí mismo el lugar; no hay que buscarlo adentro, o afuera; ¡está tanto adentro como afuera!. "Si hay lugar simbólico, si el Otro de la palabra existe es porque el significante introduce esa dimensión del Otro del lenguaje como lugar” (Bassols).

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