509. No hay que patologizar la diversidad sexual

Miller (2021) ha llamado al año 2021 el Año Trans. Es una manera de entrar en conversación con la subjetividad en esta época. Lo primero que habría que decir es que el psicoanálisis enseña que la diferencia entre los sexos no está escrita en el inconsciente; esto significa que en el inconsciente no hay nada que le indique al sujeto lo que es ser un hombre o una mujer; Lacan lo indicó con su fórmula «No hay relación sexual». Lo único claro que tiene cada sujeto, pero que es radicalmente inconsciente con ello, es que cada uno tiene su modo de goce; es a esto a lo que apunta lo que el psicoanálisis ofrece en la experiencia analítica: la identificación al síntoma, la identificación del sujeto a su goce particular (Bassols, 2021). 

Dice Bassols (2021) que los discursos de género, donde se enmarca el propio discurso trans, es muy amplio y heterogéneo. "Hay posiciones muy diversas, incluso contradictorias, con orientaciones diferentes con respecto a lo que se define como género, como sexo, identidad, transición, síntoma, etc.". Hay pues un amplio abanico de posiciones subjetivas, que cada día se amplía más, por eso a las siglas LGTBIQ+ se le agregó al final ese signo, para poder seguir incluyendo todas las nuevas posiciones sexuales (léase diversidades) que van apareciendo. Esto habla claramente de lo que se puede denominar como la realidad sintomática de la sexualidad en el ser humano, es decir, que la sexualidad en el ser humanos se constituye en un síntoma; pero esto no significa patologizar la diversidad sexual, al contrario, "habría que despatologizar cualquier posición sexuada, cualquier identificación a un género, cualquier forma de goce, etc." (Bassols, 2021). Así pues, la posición del psicoanálisis es interrogar la falsa frontera entre lo normal y lo patológico. Esto invita a pensar que cada sujeto tiene, entonces, una posición sexual particular, singular, de tal manera que casi que cada uno podría inventarse un nombre diverso para su posición sexual.

Queda claro que el psicoanálisis no es un discurso que patologice las identidades sexuadas, pero "sí interroga el punto de sufrimiento particular que para cada sujeto introduce su relación con la sexualidad: qué es lo que, para cada sujeto, hace síntoma en su relación con la sexualidad" (Bassols, 2021). Ese punto sintomático de la sexualidad es imborrable, sin importar la posición que asume cada sujeto, ya sea como homosexual, heterosexual, transgénero, etc., siempre hay la dimensión sintomática con respecto a la sexualidad, es decir que "la sexualidad introduce el pathos en el ser humano. Es el primer paso para abordar la cuestión del síntoma de una manera analítica" (Bassols).

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