171. En qué son diferentes el psicoanálisis y las psicoterapias II.
El el texto Sobre psicoterapia (1905), Freud elabora una distinción entre el psicoanálisis y las psicoterapias; él muestra allí cómo el análisis no debe ser confundido con el tratamiento sugestivo (hipnosis), el cual había utilizado por cerca de diez años y que abandona por considerar que tenía varios inconvenientes: sólo una parte de los enfermos son hipnotizables y, de otro lado, la técnica sugestiva no se preocupa por el origen y la significación de los síntomas. El abandono de Freud de la hipnosis favoreció el desarrollo del psicoanálisis.
En la técnica hipnótica la palabra es utilizada para hacer sugestión, pero Freud le da a la palabra una función disitnta a la de la sugestión. Dicha función es la que distingue al psicoanalista del psicoterapéuta -llámese éste dinámico, humanista o cognitivo-. Dice entonces Freud: "En verdad, entre la técnica sugestiva y la analítica hay la máxima oposición posible: aquella que el gran Leonardo da Vinci resumió, con relación a las artes, en las fórmulas per via di porre y per via di levare. La pintura, dice Leonardo, trabaja per via di porre; en efecto, sobre la tela en blanco deposita acumulaciones de colores donde antes no estaban; en cambio, la escultura procede per via di levare, pues quita de la piedra todo lo que recubre las formas de la estatua contenida en ella. De manera en un todo semejante, señores, la técnica sugestiva busca operar per via di porre; no hace caso del origen, de la fuerza y la significación de las síntomas patológicos, sino que deposita algo, la sugestión, que, según se espera, será suficientemente poderosa para impedir la exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica de la idea patógena, cuya eliminación se propone como meta." (1905).
La estructura de la palabra nos demuestra que hay una escisión entre lo que uno dice y lo que se quiere decir, es decir que el lenguaje hace del ser hablante un ser dividido siempre entre enunciado y enunciación. el hablante depende entonces de la respuesta que le de el oyente; el psicoanalista, en cuanto intérprete, opera deste este lugar, y desde ahí operan también todas las psicoterapias; pero la diferencia está en que, miestras las psicoterapias hacen sugestión en la medida en que se dirigen al sujeto del enunciado, el psicoanalista se dirige al sujeto de la enunciación, permitiendo la emergencia del sujeto del inconsciente y por tanto, la significación de los síntomas y la emergencia de su deseo.
En la técnica hipnótica la palabra es utilizada para hacer sugestión, pero Freud le da a la palabra una función disitnta a la de la sugestión. Dicha función es la que distingue al psicoanalista del psicoterapéuta -llámese éste dinámico, humanista o cognitivo-. Dice entonces Freud: "En verdad, entre la técnica sugestiva y la analítica hay la máxima oposición posible: aquella que el gran Leonardo da Vinci resumió, con relación a las artes, en las fórmulas per via di porre y per via di levare. La pintura, dice Leonardo, trabaja per via di porre; en efecto, sobre la tela en blanco deposita acumulaciones de colores donde antes no estaban; en cambio, la escultura procede per via di levare, pues quita de la piedra todo lo que recubre las formas de la estatua contenida en ella. De manera en un todo semejante, señores, la técnica sugestiva busca operar per via di porre; no hace caso del origen, de la fuerza y la significación de las síntomas patológicos, sino que deposita algo, la sugestión, que, según se espera, será suficientemente poderosa para impedir la exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica de la idea patógena, cuya eliminación se propone como meta." (1905).
La estructura de la palabra nos demuestra que hay una escisión entre lo que uno dice y lo que se quiere decir, es decir que el lenguaje hace del ser hablante un ser dividido siempre entre enunciado y enunciación. el hablante depende entonces de la respuesta que le de el oyente; el psicoanalista, en cuanto intérprete, opera deste este lugar, y desde ahí operan también todas las psicoterapias; pero la diferencia está en que, miestras las psicoterapias hacen sugestión en la medida en que se dirigen al sujeto del enunciado, el psicoanalista se dirige al sujeto de la enunciación, permitiendo la emergencia del sujeto del inconsciente y por tanto, la significación de los síntomas y la emergencia de su deseo.
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