59. Lo mental no anda.
Cuando se habla de “patología” en el ser humano, se alude a un daño, a un desorden en el cuerpo físico. El organismo humano como tal, suele tener, si no ha sido dañado o maltratado en alguno de sus órganos, un funcionamiento armónico y saludable. Si algo no funciona o funciona mal, entonces hay enfermedad, es decir “patología”. Pero esta palabra también se emplea a propósito de la mente, de la psique humana.
Los trastornos mentales o “psicopatológicos”, hacen referencia a que algo “no anda bien” en la mente de un sujeto. La “psicopatología” describe los trastornos mentales en la medida en que lo psíquico es considerado como un órgano más del cuerpo, el cual tiene como función fundamental, ayudar a la adaptación del ser humano a la realidad. El hecho de considerar la mente como un órgano, es lo que ha llevado a la ciencia contemporánea a reducir toda psicopatología a la ciencia del cerebro; es decir que la causa de la enfermedad mental se la busca únicamente en la materia gris.
En los animales también hay una dimensión mental. Si un ser viviente tiene un aparato sensorial -vista, oído, tacto, olfato y gusto- que le permita sentir y percibir el ambiente, entonces se puede decir que tiene una mente. Lo mental como órgano sólo es posible si hay un aparato sensorial; lo uno es consecuencia de lo otro. El psiquismo es, entonces, aquello que viene a completar la parte orgánica del ser viviente.
El aparato sensorial, más lo mental, le permite a cualquier animal, buscar y encontrar lo necesario para sobrevivir. El animal que está libre en su hábitat natural, testimonia una adecuación entre lo mental y lo físico. Y esto es un estado ideal, un ideal que el ser humano expresa con el refrán “mente sana en cuerpo sano”.
Pero mientras que los animales forman parte de un todo armónico con el espacio que los rodea, el ser humano parece no funcionar así. Éste demuestra tener una fuerte inclinación a destruir su entorno y su organismo. Y este comportamiento autodestructivo por parte del sujeto habla de una profunda patología en él. Algo “no anda bien” en su psiquismo, en su mente; y esto, que hace parte de su "naturaleza", no parece tener solución en él.
Los trastornos mentales o “psicopatológicos”, hacen referencia a que algo “no anda bien” en la mente de un sujeto. La “psicopatología” describe los trastornos mentales en la medida en que lo psíquico es considerado como un órgano más del cuerpo, el cual tiene como función fundamental, ayudar a la adaptación del ser humano a la realidad. El hecho de considerar la mente como un órgano, es lo que ha llevado a la ciencia contemporánea a reducir toda psicopatología a la ciencia del cerebro; es decir que la causa de la enfermedad mental se la busca únicamente en la materia gris.
En los animales también hay una dimensión mental. Si un ser viviente tiene un aparato sensorial -vista, oído, tacto, olfato y gusto- que le permita sentir y percibir el ambiente, entonces se puede decir que tiene una mente. Lo mental como órgano sólo es posible si hay un aparato sensorial; lo uno es consecuencia de lo otro. El psiquismo es, entonces, aquello que viene a completar la parte orgánica del ser viviente.
El aparato sensorial, más lo mental, le permite a cualquier animal, buscar y encontrar lo necesario para sobrevivir. El animal que está libre en su hábitat natural, testimonia una adecuación entre lo mental y lo físico. Y esto es un estado ideal, un ideal que el ser humano expresa con el refrán “mente sana en cuerpo sano”.
Pero mientras que los animales forman parte de un todo armónico con el espacio que los rodea, el ser humano parece no funcionar así. Éste demuestra tener una fuerte inclinación a destruir su entorno y su organismo. Y este comportamiento autodestructivo por parte del sujeto habla de una profunda patología en él. Algo “no anda bien” en su psiquismo, en su mente; y esto, que hace parte de su "naturaleza", no parece tener solución en él.
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