24. El amor es narcisista.
Cuando se ama se evidencia, en ocasiones, que la pareja comparte los mismos gustos; se parecen el uno al otro en su forma de ser o de pensar, etc. Sucede que cuando se ama, se está amando, de una u otra manera, en el otro, algo de sí que ha sido idealizado. Si la imagen que aviva la pasión es cautivadora, es porque aparece próxima a representaciones que tiene el sujeto de sí mismo, y esto enamora. Muchas parejas son opuestas o diferentes, pero inconscientemente se desea, de alguna forma, ser como el otro.
Por lo anterior el psicoanálisis dice que el amor es narcisista. El narcisismo es el amor que un sujeto se dirige a sí mismo; es el amor a la propia imagen. Esto hace del amor algo engañoso, ya que se ama a alguien en tanto que representa la imagen que un sujeto tiene o le gustaría tener de sí mismo.
El amor narcisista suele ser egoísta; el sujeto enamorado espera que el otro le corresponda en todo lo que anhela. El amante quiere al otro hecho a su imagen y semejanza, y cuando no se siente correspondido en esto, aparecen las diferencias en la pareja. Cuando el otro no corresponde más a la imagen que se tenía o se esperaba de él, esa imagen cambia, decae, surgen las diferencias y con ellas el sufrimiento en el amor. Se sufre en el amor porque el otro no es como yo quisiera que fuera, es decir, como uno mismo.
Todo amor, por tener una estructura narcisista, conlleva una dosis de sufrimiento. El enamorado siempre tiene la esperanza de que el amado sea igual a él: que piense igual, que haga las cosas como él las haría, que haga el amor cuando él lo desea, que vean el mismo programa de T.V., que cuide al niño, etc. Pero ocurre que el otro a quien se ama es diferente a uno mismo, y cuando aparecen esas “pequeñas diferencias” se presenta el desamor, y con él el sufrimiento, ya que esas “pequeñas diferencias” suelen ser insoportables. El amor que se sostiene en un enamoramiento así, es muy probable que conlleve siempre una gran dosis de sufrimiento. ¿Será posible un amor que no se sostenga en la idealización?. Esta es una pregunta que cada sujeto debe responder.
Por lo anterior el psicoanálisis dice que el amor es narcisista. El narcisismo es el amor que un sujeto se dirige a sí mismo; es el amor a la propia imagen. Esto hace del amor algo engañoso, ya que se ama a alguien en tanto que representa la imagen que un sujeto tiene o le gustaría tener de sí mismo.
El amor narcisista suele ser egoísta; el sujeto enamorado espera que el otro le corresponda en todo lo que anhela. El amante quiere al otro hecho a su imagen y semejanza, y cuando no se siente correspondido en esto, aparecen las diferencias en la pareja. Cuando el otro no corresponde más a la imagen que se tenía o se esperaba de él, esa imagen cambia, decae, surgen las diferencias y con ellas el sufrimiento en el amor. Se sufre en el amor porque el otro no es como yo quisiera que fuera, es decir, como uno mismo.
Todo amor, por tener una estructura narcisista, conlleva una dosis de sufrimiento. El enamorado siempre tiene la esperanza de que el amado sea igual a él: que piense igual, que haga las cosas como él las haría, que haga el amor cuando él lo desea, que vean el mismo programa de T.V., que cuide al niño, etc. Pero ocurre que el otro a quien se ama es diferente a uno mismo, y cuando aparecen esas “pequeñas diferencias” se presenta el desamor, y con él el sufrimiento, ya que esas “pequeñas diferencias” suelen ser insoportables. El amor que se sostiene en un enamoramiento así, es muy probable que conlleve siempre una gran dosis de sufrimiento. ¿Será posible un amor que no se sostenga en la idealización?. Esta es una pregunta que cada sujeto debe responder.
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Friedrich Nietzsche