33. Amor, ética e Ideal.
Los seres humanos se afligen mucho por el amor: si son amados, cómo llegar a serlo, cómo amar a otro, etc. El “cómo amar” está determinado por esta pregunta: “¿Qué es necesario para que yo sea amado?”. Esto introduce dos aspectos del psiquismo que son fundamentales: la identificación y los ideales. El enamorado asigna unos ideales a al sujeto que ama, y amará en el otro lo que él es, lo que fue, o lo que quisiera ser. El amor tiene como referencia la imagen de sí mismo; por esta razón recibe la denominación de «narcisista».
Amar es fundamentalmente querer ser amado y esto lleva a que el enamorado quede sometido a los Ideales que le propone el amado. El amante intentará ser amado a partir de los Ideales que el otro le ofrece. Amor e identificación -proceso psíquico que lleva a alguien a ser o parecerse a otro- confluyen; su efecto es la identificación del amante con los ideales del amado.
Lo anterior explica por qué hay cambios radicales en la forma de pensar y actuar de los enamorados. Estos cambios se deben precisamente a ese proceso de identificación con los ideales del otro y responden al esfuerzo que el sujeto hace para ser amado por aquel. En ocasiones el cambio llega a ser radical, siendo su motor la idealización que anima al amor. Cuando esto sucede, las personas cercanas al enamorado -sus padres, por ejemplo- se preocupan por los cambios, aveces radicales, por los que pasa aquel.
Si bien el amor establece un lazo social, dicho lazo se podría crear en función de una ética y no en función de unos ideales. Esto porque los Ideales no necesariamente están del lado de la Ley; lo están de muy diversas maneras del lado de la destrucción y la trasgresión, y empujan a ellas. Piénsese en los ideales que alientan a todos los movimientos fascistas, racistas, xenófobos y nacionalistas, pero también a diferentes grupos humanos, ya sean éstos religiosos, políticos, militares, de fanáticos, de mafiosos, etc., los cuales llevan a un rudo individualismo que destruye el lazo social. De aquí la necesidad de una ética que ayude a establecer unos vínculos que reconozcan la función de los ideales en una comunidad y sus peligros; una ética que haga responsable a cada individuo de sus vínculos.
Amar es fundamentalmente querer ser amado y esto lleva a que el enamorado quede sometido a los Ideales que le propone el amado. El amante intentará ser amado a partir de los Ideales que el otro le ofrece. Amor e identificación -proceso psíquico que lleva a alguien a ser o parecerse a otro- confluyen; su efecto es la identificación del amante con los ideales del amado.
Lo anterior explica por qué hay cambios radicales en la forma de pensar y actuar de los enamorados. Estos cambios se deben precisamente a ese proceso de identificación con los ideales del otro y responden al esfuerzo que el sujeto hace para ser amado por aquel. En ocasiones el cambio llega a ser radical, siendo su motor la idealización que anima al amor. Cuando esto sucede, las personas cercanas al enamorado -sus padres, por ejemplo- se preocupan por los cambios, aveces radicales, por los que pasa aquel.
Si bien el amor establece un lazo social, dicho lazo se podría crear en función de una ética y no en función de unos ideales. Esto porque los Ideales no necesariamente están del lado de la Ley; lo están de muy diversas maneras del lado de la destrucción y la trasgresión, y empujan a ellas. Piénsese en los ideales que alientan a todos los movimientos fascistas, racistas, xenófobos y nacionalistas, pero también a diferentes grupos humanos, ya sean éstos religiosos, políticos, militares, de fanáticos, de mafiosos, etc., los cuales llevan a un rudo individualismo que destruye el lazo social. De aquí la necesidad de una ética que ayude a establecer unos vínculos que reconozcan la función de los ideales en una comunidad y sus peligros; una ética que haga responsable a cada individuo de sus vínculos.
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